El presidente Xi desiste de prohibir la bomba

By Gregory Kulacki: ES, December 27, 2016

El 27 de octubre China se enfrentó con otra prueba más de su voluntad de liderar el desarme nuclear: El Primer Comité de la Asamblea General de la ONU votó una resolución llamando a las negociaciones para un tratado que prohíba las armas nucleares. China se abstuvo.

Solo unos días después de la votación, en una conferencia internacional sobre control de armas en la antigua ciudad de Suzhou, Du Xiangwan, ex vice-director de la Academia China de Ingeniería y uno de los fundadores de la comunidad china de control armamentista, dio inicio a su intervención expresando su decepción por la decisión de China. Sostuvo que China debería haberse unido a las 123 naciones que votaron a favor de la resolución de la ONU. Manifestó su desacuerdo con la idea (que por cierto expresó en esta mesa redonda buena amiga Hua Han) de que Pekín debería delegar en Moscú y Washington la cuestión del desarme nuclear.

Como señaló correctamente la profesora Han, Estados Unidos y Rusia no solo no se están desarmando, sino que siguen también políticas que amenazan con retomar -de forma peligrosa y desestabilizadora- la carrera armamentista nuclear. No obstante, si Pekín siguiera el consejo de Han sobre la delegación a Moscú y Washington, las próximas negociaciones en la ONU se llevarían a cabo sin el apoyo activo de ni un solo Estado con armas nucleares (a pesar del dudoso voto a favor de Corea del Norte). Sin embargo, si China se comprometiera a apoyar las negociaciones, ganaría el reconocimiento de los Estados sin armas nucleares que votaron a favor de la prohibición, y ayudaría a restablecer el Movimiento de Países No Alineados que China paralizó en 1964 al llevar a cabo su primer ensayo con armas nucleares.

Aunque todavía es muy pronto para tener la certeza, la elección de Donald Trump probablemente acelerará el surgimiento de un orden mundial genuinamente multipolar. Hasta ahora, el curso de la transición presidencial sugiere que el presidente electo Trump carece tanto de la voluntad como de la capacidad para mantener unido el sistema internacional centrado en EE. UU. creado por el presidente Truman y continuado por sus sucesores. Las palabras y hechos de Truman tras su elección sugieren que tiene intenciones de cumplir lo prometido en su campaña y adoptar un programa que priorice a Estados Unidos, sin tomar en cuenta a las instituciones internacionales y poniendo a los aliados de EE. UU. en segundo lugar. La servil diligencia del primer ministro japonés Shinzo Abe, al apurarse a acudir a la Torre Trump el 17 de noviembre, puede haber consolidado la fe del presidente electo en la eficacia de su agenda política.

La postura de Pekín sobre la resolución de la ONU de prohibir las armas nucleares podría verse como un barómetro de la forma en que China se comportará en un mundo que ya no se centrará en Estados Unidos. ¿El Imperio del Centro compartirá su suerte con la amplia mayoría de naciones que ven las ventajas de continuar construyendo un orden global equitativo, justo y sostenible desde el punto de vista ambiental? ¿O el régimen de Xi Jinping se considerará a sí mismo simplemente otra potencia nacional que impone sus propios intereses en medio de una aparente anarquía internacional? Si Pekín decide mantenerse al margen del creciente movimiento global para prohibir la bomba, al mismo tiempo que invierte en la modernización de sus armas nucleares, no puede culparse al resto del mundo por llegar a la conclusión de que la China de Xi representa un obstáculo para la paz y el desarrollo globales.

El presidente Mao, el héroe de la revolución que llevó al poder al Partido Comunista de China en 1949, dijo que es fundamental distinguir a los amigos de los enemigos. También dijo que la forma de pensar de todas las personas, inclusive del presidente del Partido Comunista de China, se determina por lealtades de clase. ¿Mao querría ver a su «república popular» como una «gran potencia» emergente destinada a reemplazar a Estados Unidos en la cima de la jerarquía global, o como una nación en desarrollo que se solidariza con otras naciones para luchar por un orden internacional más equitativo?

El presiente Xi ha unido la supervivencia política del régimen comunista chino en decadencia al linaje de Mao. Su inminente decisión sobre unirse o mantenerse fuera del movimiento global para abolir las armas nucleares quizás finalmente concluya el prolongado debate que existe en China acerca de si Mao debe recordarse como un revolucionario genuino, aun con sus defectos, o como el tiránico primer emperador de una nueva dinastía china.

 



Topics: Nuclear Weapons

 

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