La salud en África: la corrupción y las prioridades equivocadas

By Oyewale Tomori: ES, May 1, 2014

En abril del 2001, los estados miembros de la Unión Africana se reunieron en la capital nigeriana, Abuya, y anunciaron un compromiso para el 2015: en el que cada nación utilizaría el 15 por ciento de sus gastos gubernamentales para la salud pública. Pero la posibilidad de que se alcance esta meta es baja. De hecho, desde el 2009, el porcentaje de los gastos gubernamentales para la salud ha disminuido en 11 naciones africanas. Desde el 2011, aunque el porcentaje de los gastos para la salud aumentó en todo el continente (de  9 a 11 por ciento), sólo seis países alcanzaron la meta de un 15 por ciento.

Muchos gobiernos africanos culpan a fondos inadecuados de salud publica para combatir la pobreza. Pero los verdaderos culpables son la corrupción y las prioridades equivocadas, que ocasionan que la calidad de los servicios de cuidado de salud sea mala, los sistemas de supervisión para detectar agentes patógenos emergentes y re-emergentes sean ineficaces y así los esfuerzos para el control de enfermedades fracasen. La alianza AIDS and Rights Alliance para África del sur, una red regional para las organizaciones no gubernamentales, tiene una campaña que se centra en los gastos de los gobiernos africanos. La alianza reporta que algunos gobiernos, en vez de proporcionar fondos adecuados para servicios de salud, educación y otros servicios que mejorarían la calidad de vida de las personas, gastan cantidades desmesuradas sin fundamento. El gobierno de Suazilandia se gastó $500.000 en un carro de lujo para el rey. Uganda compró un jet presidencial privado de un valor de 48 millones. Zimbabue utilizó $250.000 para una celebración fastuosa porque el presidente cumplió 85 años. Senegal invirtió 27 millones en una estatua de bronce más alta que la Estatua de la Libertad; la propuesta de un nuevo portón en Abuya costaría 395 millones. Ninguna de estas naciones ha cumplido con su compromiso del 2001 en cuanto a los gastos de cuidado de salud.

En la mayoría de los países africanos, la implementación de actividades para la supervisión de enfermedades —necesarias para detectar tempranamente a los agentes patógenos emergentes— sigue siendo defectuosa a nivel local y nacional. Por ejemplo, una evaluación reciente de la supervisión de enfermedades e implementación de medidas de respuesta en el estado de Kaduna en Nigeria reveló que el 38 por ciento de los centros de salud del estado no tienen una definición estándar según el caso para enfermedades prioritarias, el 71 % no tienen computadoras e impresoras y el 81 % no analizan los datos recopilados. En África, la supervisión y la gestión de datos son ineficaces, esto significa que pueden pasar varios meses desde el principio de un brote y el momento en que éste se reporta por primera vez a las autoridades de salud pública. Aún así, la falta de registro probablemente es masiva. A menudo la investigación epidemiológica demuestra muchos más casos de los que reportaron los sistemas de supervisión. La Unión Africana estimó que el impacto de la corrupción en las economías africanas es de alrededor 150 mil millones cada año. Tan sólo una fracción de este dinero podría proporcionarle a cada nación africana un sistema eficaz para la supervisión de enfermedades y una red de laboratorios de alta calidad para colaborar con dicho sistema.

En la primera ronda, Louise Bezuidenhout y Chandre Gould presentaron a la educación ética como un elemento crítico para permitir que los científicos pudiesen actuar como defensa de primera línea contra los agentes patógenos emergentes, pero cuando florece la corrupción a tal grado, hay pocas probabilidades de que la ética sobreviva o prospere. Los países en vías de desarrollo deben poner en orden sus prioridades y hacerse responsables de sus gastos de salud. Si cada país hiciera lo que realmente tiene que hacer, para mejorar la supervisión de enfermedades y el apoyo a laboratorio y gestionara eficazmente los datos, el mundo estaría más protegido de los agentes patógenos emergentes y re-emergentes.



Topics: Biosecurity

 

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