Las causas aquí, los efectos allá: la desconexión climática

By Alex Ezeh: ES, April 25, 2016

El incremento de una persona, o de 10, en la población total de seres humanos, no supone ninguna diferencia real para el clima. Sin embargo, si multiplicamos estas cifras por mil millones, la diferencia puede ser enorme. Esta observación puede parecer evidente. No obstante, no es tan evidente para mi colega de mesa redonda Wang Haibin, quien, al resaltar la importancia de la buena gobernanza como respuesta para el cambio climático, ignora totalmente la influencia de la población sobre el clima.

Anteriormente en la Tercera Ronda, Wang escribió "es un error exagerar el papel de la población en las emisiones de dióxido de carbono" porque "la cuestión esencial de los problemas globales, como el cambio climático, es el comportamiento real de los seres humanos". Es difícil no estar de acuerdo con la segunda de estas dos afirmaciones. De hecho, el comportamiento de los seres humanos es la fuerza más importante que promueve los cambios ambientales. El comportamiento en el dormitorio lleva al crecimiento de la población. El comportamiento en la mesa cambia los sistemas agrícolas, lo que puede dar lugar a cambios en el uso de la tierra y a la pérdida de la biodiversidad. El comportamiento al viajar diariamente al trabajo puede aumentar las huellas de carbono de las personas. Es el comportamiento "normal" de los seres humanos el que contribuye a las 36 gigatoneladas de emisiones de dióxido de carbono generadas cada año. El comportamiento de los seres humanos en todos los niveles, desde el individual hasta el global, está dañando los sistemas naturales de los que depende la vida. Así pues, a medida que las personas buscan soluciones para el caos ambiental que han creado y siguen creando, no debe ignorarse ningún nivel del comportamiento humano.

Reconozco que sería ingenuo pensar que, si los servicios de planificación familiar se pusieran a disposición y fueran accesibles para todo el mundo, habríamos encontrado la solución mágica para el cambio climático. Sin embargo, es igual de ingenuo suponer que el tamaño de la población y la tasa de crecimiento demográfico no tienen consecuencias para las emisiones de carbono. Si la actividad humana está produciendo cambios en los sistemas naturales de la Tierra, lo que es cierto, no puede sostenerse que el tamaño de la población humana y la tasa de crecimiento demográfico no importen. Un pequeño crecimiento del tamaño de la población no significa nada, pero ¿un crecimiento en el orden de los mil millones? Eso es algo completamente diferente.

El acceso universal a los servicios de planificación familiar voluntarios es importante porque supone un beneficio inmediato en la prevención de embarazos no deseados, y el 40 por ciento de los 213 millones de embarazos anuales en el mundo no son deseados.

Este no solo es un problema en los países en desarrollo; en las economías más desarrolladas las tasas de embarazos no deseados son más altas. No obstante, en estos países por lo general el aborto es seguro y legal, de modo que los embarazos no deseados no dan lugar necesariamente a nacimientos no deseados (o pérdida de vidas de mujeres). Lamentablemente, este no es el caso en muchos países en desarrollo de África, Asia, América Latina y el Caribe.

Como sostuve en la Primera Ronda, las prioridades para el desarrollo en África no deben limitarse a mejorar el acceso a los servicios de planificación familiar, sino que también deben aumentar las oportunidades educativas para las niñas y adoptar medidas para retrasar el matrimonio y los hijos. Estas intervenciones pueden retrasar la tasa de crecimiento demográfico del continente y ayudar mucho a abordar sus problemas ambientales: cambios en el uso de la tierra, pérdida de selva tropical, pérdida de biodiversidad y desertización. Ahora bien, si en los próximos 35 años se duplica la población del continente, para África será muy difícil abordar estos cambios con eficacia.

En los países con huellas de carbono mucho más profundas, debe trabajarse en consonancia con esta realidad. Deben demostrar que la "buena gobernanza", que Wang tanto defiende, también puede beneficiar al medio ambiente. Las decisiones adoptadas a nivel individual, empresarial, e incluso social, desconocen muchas veces los daños al medio ambiente que pueden causar los beneficios económicos del momento. Son las naciones pobres, en desarrollo, y las generaciones futuras las que deben y deberán cargar con la mayor parte de estos daños. En lo que refiere a las causas y efectos del cambio climático, existe una desconexión tanto temporal como espacial. Esta desconexión frustra los esfuerzos tendientes a lograr un consenso global para la protección del medio ambiente.

Sin embargo, los seres humanos solo tenemos un planeta. Podremos no estar de acuerdo, pero compartimos el mismo destino.

 



Topics: Climate Change

 

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