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Los hipersónicos llegaron para quedarse

By Rajaram Nagappa: ES, July 27, 2015

Mi colega de mesa redonda, Mark Gubrud, apela a una prohibición de las pruebas de misiles hipersónicos, propuesta que parece poco probable teniendo en cuenta que el ritmo del desarrollo de los misiles hipersónicos es cada vez más rápido.

El 7 de junio China llevó a cabo la cuarta prueba de su vehículo planeador hipersónico, el WU-14. Se afirmó que el vehículo viajó a una velocidad de 10 Mach, y las pruebas implicaron aparentemente "maniobras extremas". Hasta ahora China ha efectuado cuatro pruebas de hipersónicos en un lapso de 18 meses, lo que indica que para Beijing el desarrollo de la tecnología hipersónica es un tema de gran urgencia y prioridad.

Rusia está desarrollando su propio vehículo planeador hipersónico, el Yu-71. Las tres pruebas efectuadas desde septiembre de 2013 (inclusive una prueba en febrero de este año) aparentemente no tuvieron éxito. Sin embargo, los rusos tienen los recursos tecnológicos necesarios para desarrollar con el tiempo un vehículo planeador hipersónico satisfactorio.

El ejército de EE. UU. sufrió un revés el pasado agosto en una prueba de su Arma Hipersónica Avanzada. Sin embargo, este país tiene un largo camino recorrido en el desarrollo de la tecnología hipersónica y lo que sucedió el verano pasado no frustrará los planes de Washington.

Los sistemas de armas ofrecen una verdadera fuerza disuasiva solo cuando sus capacidades se demuestran mediante pruebas. No se puede concebir ninguna circunstancia en la que países cuyos planes de seguridad incluyan los misiles hipersónicos aboguen por o respalden una prohibición de pruebas de misiles hipersónicos. Por el contrario, parecen estar seguros de efectuar las pruebas a fin de perfeccionar su tecnología. Quizás pueda hablarse de una prohibición de pruebas, luego de que la hayan perfeccionado.

Puede ser instructivo remitirse en retrospectiva al Tratado de prohibición parcial de pruebas nucleares de 1963, que prohibió las pruebas de armas nucleares en la atmósfera y en otros entornos. Al momento de implementar el tratado, cuatro naciones ya habían llevado a cabo pruebas en la atmósfera (Estados Unidos, la Unión Soviética, Gran Bretaña y Francia). Estados Unidos y la Unión Soviética también habían efectuado pruebas nucleares en el espacio y adquirido conocimientos de primera mano sobre las desastrosas consecuencias de los ensayos en el espacio. Desde 1980 no se han llevado a cabo más pruebas en la atmósfera, pero la prohibición de pruebas pudo negociarse exitosamente solo después de que las naciones clave habían demostrado la fiabilidad de sus diseños de armas mediante una cantidad adecuada de pruebas.

Entretanto, a pesar de que algunos países han llevado a cabo pruebas de armas antisatélites destructoras de energía cinética, y que los peligros que acarrean estas pruebas son muy conocidos, la comunidad internacional no está trabajando para que se prohíban las armas antisatélite. En lugar de eso debate sobre códigos de conducta, normas de circulación, etc. Para decirlo en términos sencillos, las naciones por lo general no se apresuran a prohibir las pruebas de nuevas armas.

La sugerencia de Gubrud de que Estados Unidos, China, Rusia o India inicien una moratoria informal de pruebas no tiene ninguna posibilidad. La tecnología hipersónica aún no ha alcanzado la madurez en cuanto a su diseño, a diferencia de la tecnología de armas nucleares a principios de los sesenta. Por consiguiente, es descabellado esperar que Washington, Beijing o Moscú propongan una moratoria en las pruebas. La prioridad de la India será alcanzar el nivel necesario para efectuar las pruebas.

Aun algunos países que no están desarrollando actualmente hipersónicos probablemente, en respuesta a escenarios amenazantes reales o supuestos, se unirán a las filas del desarrollo de misiles hipersónicos. Incluso otras naciones, aun sin tener la capacidad técnica necesaria para desarrollar misiles hipersónicos, se opondrían a la prohibición de pruebas porque quizás algún día deseen comprar misiles hipersónicos, o porque creen que podrían beneficiarse de la proliferación de la tecnología hipersónica.

Con tanto poder destructivo ya existente, es dudosa la necesidad de los misiles hipersónicos, pero, lamentablemente, en el mundo real son los países poderosos y con desarrollo tecnológico los que manejan la agenda, y esta tiende a distar bastante de conceptos idealistas. Los misiles hipersónicos llegaron para quedarse a pesar de que, como Tong Zhao escribió en la Primera Ronda, las naciones que planifiquen desarrollar y desplegar armas hipersónicas "deberán adoptar enérgicamente medidas unilaterales que prevengan la desestabilización".

 


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