Obstáculos políticos, enredos técnicos

By Tong Zhao: ES, July 24, 2015

En esta mesa redonda se pidió a los participantes que valoraran la amenaza para la seguridad global que representan los misiles hipersónicos. Sin embargo, hasta ahora los autores no han manifestado discrepancias importantes sobre la idea de que los misiles hipersónicos son desestabilizantes. Así que la pregunta pasaría a ser si, a pesar de todo, las naciones se embarcarán en una competencia de armas hipersónicas a gran escala.

La mayoría de las personas, incluyéndome, preferirían responder que "no." Como mi colega Mark Gubrud escribió enérgicamente en la primera ronda, “Hasta ahora el mundo ha fracasado en volver a meter al genio nuclear dentro de la botella, y ahora otros genios están saliendo.” Los misiles hipersónicos son un genio que, como Gubrud cree y yo también, deben permanecer en la botella. Sin embargo, prohibir las pruebas de misiles hipersónicos no será tan fácil como sugiere Gubrud.

En primer lugar, en Estados Unidos la convicción de que las innovaciones tecnológicas son la mejor forma de abordar los desafíos para la seguridad es casi una religión indestructible. Muchos funcionarios y analistas de ese país están convencidos de que la tecnología hipersónica representa la siguiente revolución en asuntos militares y, así como Rusia y China no han logrado persuadir a Estados Unidos de limitar su defensa contra misiles, es difícil imaginar que alguien pueda persuadir a Washington para que acepte poner límites a sus investigaciones y al desarrollo de hipersónicos.

En segundo lugar, Rusia y China -que también son unos de los principales inversores en tecnología hipersónica- no perciben que los misiles hipersónicos sean la única amenaza para sus capacidades de disuasión nuclear. También albergan serias dudas sobre las armas convencionales de precisión que viajan por debajo de las velocidades hipersónicas. La prohibición de pruebas hipersónicas no eliminará por sí misma las dudas de Rusia y China sobre la supervivencia de sus fuerzas disuasivas, entonces, ¿cuáles son los incentivos de estos países para prohibir las pruebas hipersónicas?

En tercer lugar, Rusia y China parecen buscar justamente los misiles hipersónicos porque están preocupadas por la supervivencia de sus fuerzas nucleares. Por ejemplo, las inversiones rusas en la tecnología, parecen estar motivadas por el deseo de contar con un sistema vector que pueda penetrar en cualquier sistema de defensa contra misiles de EE. UU. Esto mismo parece aplicarse a China. Si no pueden resolverse las inquietudes de Moscú y Beijing sobre los sistemas de defensa contra misiles de Estados Unidos, será muy difícil persuadir a Rusia o China para que acepten una prohibición o moratoria en las pruebas de hipersónicos. A su vez, las controversias entorno a las defensas contra misiles, están de hecho volviéndose cada vez más intensas en medio de la crisis de Ucrania, con algunos analistas de EE. UU. que proponen abiertamente que las defensas contra misiles de su país ataquen misiles rusos.

Complicaciones técnicas. Más allá de estas consideraciones estratégicas, la prohibición de pruebas hipersónicas será más difícil de alcanzar de lo que espera Gubrud, debido a varios problemas técnicos. En primer lugar, los misiles de crucero hipersónicos se basan en tecnología de estatorreactores, que también puede tener usos civiles. Consciente de este problema, Gubrud propuso en la primera ronda que se autorizaran las pruebas de "vehículos que podrían funcionar como aviones espaciales". Sin embargo, esto crearía una laguna tan grande que destruiría la utilidad de la prohibición de pruebas. De hecho, los "aviones espaciales" que podrían someterse a pruebas según la propuesta de Gubrud, serían vehículos muy atractivos para entregar municiones o realizar otras misiones militares. Es más, el desarrollo de grandes aviones espaciales para uso civil podría muy bien comenzar con la construcción y prueba de vehículos más pequeños, que podrían ser muy difíciles de distinguir de los misiles de crucero hipersónicos. Además, sería incluso posible construir misiles que de hecho fueran versiones a escala reducida de grandes aviones espaciales.

En segundo lugar, es probable que no sea posible distinguir de forma verificable vehículos hipersónicos reactores-planeadores de misiles balísticos existentes guiados por terminales. Ambas tecnologías se basan en propulsores para lanzar vehículos de reentrada manipulables a su altura de lanzamiento, para que los vehículos de reentrada viajen luego a velocidades hipersónicas. Las únicas diferencias radican en dónde termina la trayectoria balística y qué tan manipulables son esos vehículos. Los misiles balísticos guiados por terminales ya se están probando y desarrollando, como queda demostrado por el misil balístico antibuque chino DF-21D. Puede ser imposible desde el punto de vista técnico establecer distinciones claras entre estas armas y los misiles hipersónicos.

Me encantaría que demostraran que estoy equivocado, pero no creo que pueda implementarse una prohibición de pruebas a cercano plazo. Falta motivación política y los desafíos técnicos son reales. Sin embargo, es necesario debatir urgente y exhaustivamente sobre los pros y contra de desarrollar y desplegar misiles hipersónicos. Los programas de desarrollo de hipersónicos no pueden seguir estando guiados por la tecnología, sino por deliberaciones holísticas y estratégicas.

 


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