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By Mustafa Kibaroglu: ES, February 24, 2017
¿Por qué está tan mal debatir sobre un tratado de prohibición de las armas nucleares?
Esta es la pregunta que no puedo evitar hacer al leer esta mesa redonda, incluyendo las respuestas de algunos lectores.
Esta pregunta, aparentemente sencilla, se puede entender de al menos dos formas distintas. En primer lugar, como una reacción frente a determinados críticos de la iniciativa del tratado de prohibición que creen que esta tiene pocas posibilidades de obligar al desarme y que, por lo tanto, es una vana pérdida de tiempo.
Bien, si vamos al meollo de la cuestión, ¿alguien utiliza su tiempo de la forma más eficiente posible, siempre, durante toda su vida? ¡Probablemente no! Así que ¿cómo puede ser que participar en un debate intelectual sobre un tratado de prohibición de las armas nucleares sea una pérdida de tiempo tan atroz?
Imaginen por un segundo, aun cuando les resulte difícil, un mundo del que hayan desaparecido las armas nucleares. Imaginen un mundo en el que ningún país pueda intimidar a sus vecinos con amenazas nucleares, ninguna nación pueda actuar con impunidad sencillamente porque posee un arsenal nuclear, y ninguna organización terrorista pueda adquirir armas nucleares sofisticadas o el material necesario para fabricar un dispositivo nuclear rudimentario. ¿Un mundo así no sería un mejor lugar para vivir? ¡Probablemente sí!
Entonces, ¿qué tiene de malo soñar con un mundo sin armas nucleares y los peligros que conllevan? ¡Nada! No le cuesta nada a nadie.
Aun cuando otras personas lo califiquen como una pérdida de tiempo precioso, estoy dispuesto a invertir algo de mi propio tiempo en este «vano» ejercicio de procurar el desarme. Durante el transcurso de la historia, muchos «vanos» ejercicios a la larga han logrado sus objetivos. Mi colega de mesa redonda Joelien Pretorius proporcionó el excelente ejemplo de la campaña del siglo XIX para abolir la esclavitud. En aquellos días, terminar con la esclavitud parecía una causa tan imposible como el desarme nuclear en el siglo XXI.
Ahora bien, la segunda razón por la que pregunto qué hay de malo en debatir sobre un tratado de prohibición de las armas nucleares es que es una forma de señalar que las críticas a la iniciativa del tratado de prohibición muchas veces abarcan cuestiones que tienen poca relación con el tratado en sí mismo. Una de estas críticas se relaciona con las supuestas repercusiones negativas del tratado de prohibición sobre los acuerdos existentes sobre el control de armas y el desarme.
Cuando en octubre la Primera Comisión de la ONU votó a favor de iniciar las negociaciones este año para adoptar «un instrumento jurídicamente vinculante que prohíba las armas nucleares y conduzca a su total eliminación», no interfirió para nada con la implementación de las estructuras existentes para el control de armas y el desarme. Si, de hecho, se negocia y aprueba un tratado de prohibición, esto solo significará que era el momento oportuno para negociarlo, ¡y no que este será impuesto a partes de tratados existentes por alienígenas del espacio exterior! Criticar al tratado de prohibición por el daño que supuestamente causaría a las estructuras existentes para el control de armas y el desarme solo demuestra lo difícil que resulta encontrar argumentos convincentes contra la iniciativa del tratado.
¿Armas aún peores? En su tercer artículo, mi colega Polina Sinovets sostuvo que «si la humanidad se deshace de la bomba…esto puede no ser una bueno». Cree que «el mundo podría volver…a la antigua y conocida búsqueda de un “arma suprema”». Según Sinovets, dado que el desarme nuclear podría dar lugar a la aparición de armas incluso peores, es mejor darnos por satisfechos con las armas que ya tenemos.
No estoy de acuerdo. Si hiciéremos una gráfica que mostrara los avances en la tecnología militar a lo largo de la historia de la humanidad, veríamos una curva que ascendería lentamente hasta el surgimiento de las armas nucleares y, a partir de entonces, mostraría una cuesta pronunciada. Por consiguiente, deberíamos esperar la aparición de armas peores, a menos que un tratado de prohibición pueda frenar la producción, almacenamiento y utilización de las armas nucleares, y a menos que la comunidad global mostrara la resolución de terminar con el rápido desarrollo de las tecnologías militares.
Ahoraes el momento de mostrar esa resolución. El tabú nuclear se ha mantenido desde 1945 pero, si alguna vez se transgrede, la capacidad de la humanidad para siquiera contemplar cuestiones como el desarme correrá un grave peligro.
Topics: Nuclear Weapons
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