Simplemente digamos “no”

By Mark Gubrud: ES, July 22, 2015

Los vuelos hipersónicos pueden parecer muy divertidos, pero no son para ustedes. Son para armas que probablemente solo se usarán en los albores de una guerra nuclear.

Ninguna nación ha podido desarrollar hasta ahora misiles no balísticos que vuelen distancias largas a una velocidad de 5 Mach (cinco veces la velocidad del sonido) o superior, aunque Estados Unidos y China están realizando pruebas. Rusia e India dicen que están desarrollando conjuntamente un misil hipersónico y Pakistán, por supuesto, tiene que hacer lo mismo que hace la India. Francia se dará cuenta de que no podrá ser Francia sin misiles hipersónicos, Gran Bretaña tampoco puede titubear, y así continuará la cosa, en una nueva versión de una vieja carrera armamentista que aún sigue llevando solo a puntos muertos o limbos. Afortunadamente existe una forma simple, sin riesgos y que puede verificarse perfectamente de evitar esta sombría perspectiva: prohibir las pruebas de misiles hipersónicos.

¿Por qué alguien querría a fin de cuentas los misiles hipersónicos? Desde hace más de medio siglo los misiles balísticos han demostrado que pueden lanzar ojivas sobre la atmósfera y dar en cualquier blanco del mundo en minutos. El concepto de los misiles hipersónicos, que se abrirían pasoa través de la atmósfera a una fracción de la velocidad, también ha estado presente desde hace casi el mismo tiempo, pero las condiciones extremas, las altas temperaturas y los efectos corrosivos de los vuelos hipersónicos han frustrado todos los esfuerzos tendientes a desarrollar armas prácticas. Los misiles balísticos son más sencillos, más baratos y más rápidos, y pueden derrotar sin inconvenientes las defensas contra misiles con señuelos poco importantes y otras medidas de contrapartida sencillas.

Con sus altos costos y pequeñas cargas útiles, los misiles hipersónicos no son compatibles con campañas militares prolongadas, aunque sí podrían ser útiles como armas de "punta de lanza". Armadas con ojivas convencionales y su propia energía cinética, podrían atacar naves, radares y antenas de comunicación, bunkers de mando y armas, campos de aviación, lanzamisiles y otros blancos estratégicos. También podrían portar ojivas nucleares y volar debajo de los radares que vigilan los misiles balísticos. Algunos estrategas estadounidenses proponen que las armas hipersónicas se utilicen para el "ataque global inmediato convencional" sin el riesgo de que puedan confundirse con un ataque nuclear. Sin embargo, Washington sostiene que China pretende utilizar sus hipersónicos para ataques nucleares.

Las pruebas hasta ahora. Hay dos tipos principales de misiles hipersónicos: los vehículos reactores-planeadores y los misiles de crucero de vuelo propulsado.

En el primer caso se utiliza un cohete para lanzar un planeador en una alta trayectoria hacia el espacio. Cuando vuelve a entrar en la atmósfera, el planeador se detiene para volar horizontalmente, sin motor, hasta miles de millas a las velocidades iniciales del rango alto hipersónico, de 10 a 20 Mach (de unas 7000 a 14.000 millas por hora).

Estados Unidos llevó a cabo pruebas en un vehículo reactor-planeador en el punto más alto de este rango de velocidad en los años 2010 y 2011, pero no obtuvo buenos resultados. Otro programa denominado "Arma Hipersónica Avanzada" (en inglés: Advanced Hypersonic Weapon) que tiene por objeto velocidades más bajas (alrededor de 12 Mach) alcanzó aparentemente los resultados esperados en noviembre de 2011. Sin embargo, en una segunda prueba efectuada en agosto de 2014, esta misma arma explotó sobre la base de lanzamiento. Entretanto, China realizó tres pruebas de su propio vehículo planeador hipersónico, conocido como el WU-14, en el 2014. La segunda prueba llevada a cabo por China en agosto fue un estrepitoso fracaso, mientras que se da ampliamente por sentado que las pruebas realizadas en enero y diciembre constituyeron al menos éxitos parciales. Hace pocas semanas se informó que se había realizado una cuarta prueba, que aparentemente también había sido exitosa.

Por otro lado, los misiles de crucero hipersónicos son lanzados inicialmente por un pequeño cohete para luego ser propulsados por un estatorreactor a combustión supersónica para volar en el rango hipersónico inferior -de 5 a 10 Mach, o alrededor de 3000 a 7000 millas por hora- y cubren distancias de hasta unas 600 millas. Estas armas serían perfectamente adecuadas para ataques navales, terrestres desde plataformas aéreas o navales, o para ataques sorpresivos transfronterizos entre países vecinos.

En mayo de 2013 Estados Unidos se convirtió en el primer país conocido en obtener resultados positivos en las pruebas de este tipo de misiles, el X-51A, un prototipo del arma de ataque de alta velocidad planificada, que planearía a una velocidad de 5 Mach. No obstante, aparentemente China está trabajando en tecnología similar y estudiando las formas de utilizarla. Entretanto Rusia y China están comercializando conjuntamente un misil de crucero supersónico propulsado por un estatorreactor conocido como BrahMos, basado en un diseño de la era soviética. Anunciaron que proyectan desarrollar una versión hipersónica del misil llamado BrahMos 2, que afirman que volará a una velocidad de 7 Mach.

No más pruebas. En las pruebas que se han realizado hasta ahora los resultados exitosos obtenidos han demostrado que es posible construir armas hipersónicas funcionales y que, de hecho, si se sigue trabajando en eso, es muy probable que los hipersónicos se conviertan en una realidad en la próxima década. Por otro lado, los fracasos demuestran que desarrollar armas hipersónicas confiables y útiles para fines militares es imposible sin pruebas.

Prohibir las pruebas de armas hipersónicas implicaría un fuerte control armamentístico. Ningún país basaría sus planes estratégicos preventivos de ataque en armas que no hayan sido examinadas en profundidad, depuradas de fallos y cuya fiabilidad se haya demostrado.

La prohibición también podría verificarse. Si bien los misiles hipersónicos pueden desarrollarse hasta cierto punto en laboratorios y túneles de viento, las pruebas completas necesarias para confirmar el desempeño y solucionar los problemas solo pueden llevarse a cabo al aire libre, a plena vista de los sensores ubicados en el espacio, el mar, la tierra, e incluso en manos de personas normales y corrientes.

Podría comenzar con una moratoria informal. Estados Unidos, China, Rusia o India podrían iniciar una moratoria anunciando que suspenden los planes de pruebas hipersónicas futuras, invitando, a su vez, a otros países a posponer sus propias pruebas en búsqueda de una prohibición permanente. Con el tiempo podría organizarse una convención en la que se negociarían los parámetros detallados de una prohibición global y en la que podría redactarse un tratado formal.

Comenzar o unirse a una moratoria en las pruebas y adherir a la prohibición implicaría muy pocos riesgos. Los misiles hipersónicos representan una intensificación de la amenaza estratégica pero son apenas suficientes para asegurar un primer ataque de neutralización exitoso. A su vez, ninguna nación podría perfeccionar y luego producir en masa secretamente estas armas con la rapidez suficiente, de modo que los rivales no tendrían ninguna chance de ponerse al corriente.

Separar la paja del grano. Algunas personas sostendrán que prohibir los misiles hipersónicos evitará que se desarrollen "aviones espaciales" hipersónicos que puedan atravesar los océanos en una hora o volar a la órbita. La realidad es que es muy dudoso que estos conceptos puedan sostenerse económicamente. Sin embargo, la prohibición de pruebas de misiles hipersónicos no tiene por qué ser un obstáculo. Es fácil distinguir los misiles de los vehículos mucho más grandes que podrían funcionar como aviones espaciales. Un tratado podría especificar los criterios técnicos necesarios para hacer esa distinción, así como expresar la intención de no obstaculizar las actividades pacíficas.

Los misiles hipersónicos son solo un aspecto de una estratégica carrera armamentista renovada entre las principales potencias de armas nucleares del mundo. Este peligro que ha vuelto a surgir se debe, entre otras cosas, a los resentimientos entre las rivalidades geopolíticas, los cambios en el poder económico y las nuevas armas que son posibles gracias a la tecnología emergente. Hasta ahora el mundo ha fracasado en volver a meter al genio nuclear dentro de la botella, y ahora otros genios están saliendo: las armas espaciales, las guerras informáticas, los drones y las armas autónomas. En el horizonte asoman armas basadas en la biología sintética y la nanotecnología.

En este contexto, la prohibición de las pruebas de armas hipersónicas es una oportunidad sencilla y muy importante para resistir el ataque de la tecnología de armas desestabilizadora. Digamos simplemente "no" a las armas hipersónicas.

 


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