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By Rajaram Nagappa: ES, August 7, 2015
Los participantes de esta mesa redonda están de acuerdo sobre un punto: que el mundo ya tiene suficiente capacidad destructiva y que no hay necesidad de agregar más. Sin embargo, mientras Mark Gubrud defiende la prohibición de las pruebas de misiles hipersónicos, Tong Zhao y yo pensamos que, para mejor o peor, la tecnología hipersónica ha llegado para quedarse.
El desarrollo de la tecnología por lo general adopta la forma de una curva en S. Las mejoras se producen lentamente en las primeras etapas del desarrollo, luego los avances permiten que se den con rapidez y, por último, se alcanzan los límites físicos de la tecnología y solo es posible hacer mejoras modestas. De esa forma, la curva se nivela. Los misiles balísticos ya llegaron a la última etapa. Los límites en su rendimiento solo pueden superarse a través del desarrollo de nueva tecnología, como la de los misiles hipersónicos.
Con su velocidad y rapidez de lanzamiento, los hipersónicos ofrecen una forma de conseguir y preservar la superioridad militar. Es inconcebible que las naciones que ya invirtieron en conseguir esa superioridad acepten una prohibición de las pruebas de hipersónicos.
Ahora bien, incluso si estuvieran dispuestas a hacerlo, la prohibición de pruebas -a pesar de lo que sostiene Gubrud- sería muy difícil de verificar. Tanto los vehículos planeadores como los misiles de crucero hipersónicos deben ser lanzados a sus alturas de lanzamiento por misiles balísticos. En consecuencia, tienen una firma infrarroja (que se monitorea desde el espacio) y una sección transversal de radar similar a la de un misil balístico. Como Tong Zhao escribió en la Segunda Ronda "puede ser imposible desde el punto de vista técnico establecer distinciones claras entre [misiles balísticos guiados por terminales] y los misiles hipersónicos".
Además, y nuevamente a pesar de lo que afirma Gubrud, la prohibición de pruebas implicaría una discriminación de los países que aún no comenzaron sus propios programas de pruebas. Gubrud escribe que una prohibición de pruebas no implicaría una discriminación en el ámbito militar porque "todas las naciones deberían renunciar a desarrollar armas reales, utilizables" ni en el ámbito civil porque "la brecha de conocimientos entre los países se cerraría con el tiempo". Sin embargo, yo creo que la brecha no se cerraría. La tecnología hipersónica tiene inherentemente dos usos, de manera que los países que desearan mantener sus ventajas militares evitarían celosamente difundir la tecnología hipersónica civil. Y, a fin de cuentas, ¿qué puede garantizar que la tecnología hipersónica civil no se aproveche para usos militares?
Soluciones inevitables. Gubrud se pregunta en la Tercera Ronda "cuál sería la ventaja [de los misiles hipersónicos]" y escribe que "sin ojivas nucleares estos no serían capaces de destruir muchos blancos difíciles y determinados". Sin conocer las especificaciones del diseño de los misiles hipersónicos es difícil especular sobre el tamaño de su carga útil, letalidad, costo, etc. No obstante, es cierto que los hipersónicos tendrían algunas limitaciones claras, por ejemplo, aparentemente solo los blancos determinados y fáciles serían vulnerables a su ataque. Sería mucho más difícil alcanzar objetivos en refugios sólidos, enterrados en profundidad. Los misiles hipersónicos podrían llegar a penetrar en las profundidades debido a que viajan a velocidades muy altas, pero en ese caso sus cargas útiles explosivas serían menores, y también sería menor el daño que podrían causar.
Este es solo uno de los muchos problemas que los países que desarrollan tecnología hipersónica deben resolver antes de poder desplegar estas armas. Ahora bien, a medida que la tecnología hipersónica avance inevitablemente por su curva en S, aparecerán las soluciones. La única pregunta es qué tan pronto ocurrirá esto. Esto depende, a su vez, de la voluntad política y las prioridades de financiación de las naciones que siguen adelante con los hipersónicos. Lo que es seguro es que los países que ya están desarrollando misiles hipersónicos -naciones poderosas como Estados Unidos, China y Rusia- no van a aceptar una prohibición de las pruebas hasta haber solucionado todos los desafíos tecnológicos. La prohibición de pruebas simplemente no se vislumbra en el horizonte.
Topics: Nuclear Weapons, Technology and Security
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