No es una carga, sino una oportunidad
By Saleemul Huq: ES |
El cambio climático inducido por los seres humanos es una realidad que ya está sucediendo. Si las emisiones de gases de efecto invernadero no se reducen drásticamente en las próximas décadas, para fines de siglo la situación habrá empeorado significativamente. Lo que necesitamos es un conjunto de cambios en la economía global de la energía, de modo que se base en recursos no contaminantes en lugar de, en primer lugar, en los combustibles fósiles. Sin embargo, como en la mayoría de las cosas, la clave está en los detalles, y estos son bastante complicados cuando está implicado el cambio climático. Cada país debe elaborar una estrategia de transición energética que sea adecuada para sus circunstancias nacionales y consecuente con los objetivos de emisiones globales.
Tras años de compromisos decepcionantes en materia climática por parte de los países de todo el mundo, últimamente se ha evidenciado un impulso positivo. Anticipándose a las principales conferencias internacionales sobre el clima que comenzarán en París en noviembre, alrededor de tres cuartos de los países del mundo han presentado planes, que se conocen como contribuciones previstas determinadas a nivel nacional, describiendo cómo, con el tiempo, lograrán efectuar la transición de los combustibles fósiles a fuentes de energía no contaminantes. Sin embargo, hasta ahora, si se adoptaran conjuntamente todos estos planes, solo se limitaría el aumento de la temperatura global a unos 3 grados centígrados por encima de las temperaturas anteriores a la Revolución Industrial, bastante por encima del objetivo acordado a nivel internacional de 2 grados. Se espera que en París las naciones se comprometan a lograr reducciones mayores a las prometidas hasta ahora. No obstante, si en la conferencia no pueden lograrse reducciones conjuntas que limitarían el calentamiento a 2 grados, la idea es que se incrementen progresivamente los objetivos nacionales en el futuro, en intervalos de cinco años.
Bajas emisiones como beneficio colateral. Si el mundo desea lograr una transición exitosa a energías no contaminantes, las naciones deben cambiar significativamente su postura en relación con los enfoques tecnológicos al cambio climático. Las opciones tecnológicos para un futuro con energías limpias no se deben ver como cargas o costos, sino más bien como oportunidades para que los países puedan asegurar un mejor futuro, más limpio y eficiente, a sus ciudadanos.
Mi propio país, Bangladesh, es muy vulnerable al cambio climático. Con su topografía llana, su propensión a las inundaciones y su dependencia del monzón anual, Bangladesh tiene muchos motivos para temer los ciclones fuertes, la creciente sequía, la invasión de la salinidad, entre otras cosas. Complica aún más la situación el hecho de que las 170 millones de personas de Bangladesh, más del 30 por ciento de las cuales viven por debajo de la línea de pobreza, habitan un país de unos 130.000 kilómetros cuadrados, posicionando a Bangladesh como uno de los países con mayor densidad de población en el mundo.
No obstante, aunque Bangladesh es un país pobre, y responsable de menos del 1 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, está dando importantes pasos para proporcionar energía solar a sus habitantes. Ya se han instalado bastante más de 3 millones de sistemas solares domésticos, y todos los meses se agregan 70.000 adicionales. El programa de sistemas solares domésticos de Bangladesh deviene así el de más rápido crecimiento en el mundo.
La expansión de la energía solar en Bangladesh no tiene como objetivo principal la mitigación, aunque este beneficio colateral es muy bienvenido. Más bien, Bangladesh está invirtiendo intensamente en sistemas solares domésticos para satisfacer la demanda de electricidad de los hogares, aun de los más pobres. Por consiguiente, los sistemas más populares son relativamente pequeños y alcanzan para encender algunas bombillas, una radio y una televisión. Lo que más atrae a los clientes es que pueden permitir a los niños hacer sus tareas luego de que oscurece y prescindir de las lámparas sucias de queroseno. De hecho, con frecuencias los clientes compran sistemas solares domésticos usando préstamos que son más baratos de devolver que comprar queroseno.
Esto es en parte posible debido a una asociación pública y privada. Una empresa denominada Infrastructure Development Company Limited otorga préstamos bajos a concesionarios privados en todo el país, que luego proporcionan a los clientes sistemas solares domésticos (que por lo general se compran a crédito) y el servicio posventa. Actualmente el gobierno y el sector privado está explorando formas para proporcionar sistemas fotovoltaicos más grandes que podrían suministrar la energía para el bombeo de agua para riego y otros usos comerciales e industriales. El resultado final es que la energía solar ha pasado a ser una parte fundamental de la combinación energética de Bangladesh y, a pesar de que la generación de energía a partir de combustibles fósiles continúa siendo necesaria, la dependencia de los mismos disminuirá con el tiempo.
Estas transiciones de los combustibles fósiles a tecnologías de energías limpias deben volverse la norma en todos los países, tanto ricos como pobres, si queremos acometer con éxito el problema del cambio climático. Las circunstancias variarán en cada país, así como las tecnologías en las que elijan invertir los países, pero las naciones que más éxito tendrán serán las que más rápido hagan la transición a la era posterior a los combustibles fósiles.