Incentivos y límites

En el segundo ensayo de la Mesa Redonda, Jamal Khaer Ibrahim argumentó que los profesionales en industrias vinculadas con la cadena de abastecimiento nuclear podrían aceptar la verificación por parte de la sociedad por querer "proteger su reputación profesional y evitar sanciones penales o civiles vinculadas a una mala conducta". Pero esto sólo nos muestra una cara de la moneda. En mi propio país, la India, la seguridad en empresas de materiales clasificados a menudo es laxa. En algunos casos, estas empresas ni siquiera cumplen con la ley, mucho menos demuestran preocupación por su reputación profesional.

Recientemente, fui coautora de un estudio sobre los riesgos de seguridad relacionados con los materiales químicos, biológicos y radiológicos. Este estudio, que incluía visitas de campo a varios grupos de industrias importantes de la India, reveló variaciones relevantes en cuanto al cumplimiento de las leyes por parte de las compañías y la implementación de estándares de seguridad. Las empresas que se consideran parte de un mundo globalizado y cuyos intereses comerciales se extienden al extranjero, por ejemplo, las grandes empresas farmacéuticas y petroquímicas, suelen tener una mejor actuación. Pero para las pequeñas y medianas empresas que operan a nivel local, la ganancia a corto plazo suele estar por encima de la preocupación por la seguridad y la protección. Es difícil creer que empresas como estas, que a menudo no cumplen con las leyes vigentes y las mejores prácticas, muestren mucho interés en participar con las iniciativas de la verificación por parte de la sociedad. Y si esto es verdad en la India, es probable que lo sea en la mayor parte del mundo en vías de desarrollo.

Ibrahim también resaltó que las naciones podrían apoyar la verificación por parte de la sociedad para poder "ganarse la confianza de sus socios económicos". Esto me parece más válido, y genera una pregunta más amplia sobre cómo dar incentivos de la mejor manera posible para que se cumplan los acuerdos de verificación, incluida pero no limitada a la verificación por parte de la sociedad. Entre los incentivos está la posibilidad de ganarse la confianza económica, como lo sugiere Ibrahim, y de integrarse aun más en la infraestructura política y de seguridad en el mundo. Efectivamente, el mejor incentivo implicaría crear un orden político global más dinámico en el que una amplia gama de países tendría una oportunidad realista para desempeñar un papel importante.

El punto principal del primer ensayo de Ibrahim Said Ibrahim en la Mesa Redonda supone que los profesionales capacitados son la clave para el éxito de la verificación por parte de la sociedad, y estoy de acuerdo completamente. Pero no creo que surjan pronto muchos profesionales capacitados en el mundo en desarrollo. Como lo sugiere Ibrahim, sólo un número limitado de personas en países en vías de desarrollo entiende y valoran los acuerdos para el control de armas. Además, como argumenté en mi primer ensayo, y tal y como reconoce Ibrahim, los ciudadanos que participan en los esfuerzos para la verificación por parte de la sociedad podrían estar en riesgo, ya que las élites burocráticas y políticas considerarían ilegítima su actuación. En especial en países donde la soberanía, la seguridad y el control estatal de las tecnologías sensibles están estrechamente vinculadas — por ejemplo, en China y la India — los estados no aceptarán la verificación por parte de la sociedad hasta que perciban un beneficio importante al hacerlo. Hasta que los líderes crean que la verificación por parte de la sociedad sirva al interés nacional, los ciudadanos ordinarios no estarán en condiciones de volverse profesionales en la materia.



 

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