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La cumbre de 2016 ya se terminó, ¿ahora qué?

By Nilsu Goren: ES, April 26, 2016

Para quienes siguen la política turca, la Cumbre sobre Seguridad Nuclear de 2016 se destacó por un espectáculo público en la Institución Brookings de Washington, donde los guardas de seguridad del presidente Recep Tayyip Erdogan intentaron impedir que algunos periodistas cubrieran un discurso del presidente. Entretanto, afuera del edificio, los guardas de Erdogan acabaron peleando a golpes de puño con manifestantes que lo llamaban terrorista.

Para los no conocedores de la política turca, la cumbre ofreció muchas reuniones en materia de seguridad nuclear, además de la oportunidad de reflexionar sobre los logros alcanzados por el proceso de las cumbres y lo que todavía queda por hacer.

Los participantes de este mesa redonda coinciden en líneas generales en que todavía es necesario mejorar la seguridad de los materiales nucleares, pero no están de acuerdo en cómo la comunidad internacional debe procurar mantener los progresos, ahora que las cumbres han finalizado. En particular, ¿cuánta atención de los jefes de Estado es necesaria de ahora en adelante? ¿La comunidad internacional seguirá interesándose por la seguridad nuclear, si los jefes de Estado ya no posan para una fotografía grupal cada dos años? Mi colega de mesa redonda Michael H. Fuchs tiene sus dudas. Sin embargo, yo sostengo que a la comunidad internacional le va a importar, sobre todo gracias a la capacidad del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para coordinar los esfuerzos globales para la seguridad nuclear y convocar reuniones de nivel ministerial.

¡Acción! Ahora bien, el OIEA no es la única institución que llevará adelante el proceso de las cumbres. De hecho, los organizadores de la cumbre de 2016 deben haber leído el artículo de Hubert Foy de la Primera Ronda, en el que propuso que el OIEA e Interpol continuaran el trabajo de las cumbres. En Washington, los organizadores anunciaron planes de acción para estas dos instituciones, pero también para las Naciones Unidas, la Iniciativa Global para Combatir el Terrorismo Nuclear y la Asociación Mundial contra la Proliferación de Armas y Materiales de Destrucción Masiva.

Como Fuchs ya observó, estos planes de acción establecen metas claras para cada organismo. Es más, dividen el trabajo a realizar en materia de seguridad nuclear en función del ámbito de competencia de cada uno de ellos. Por ejemplo, Interpol, a través de su Unidad de Prevención del Terrorismo Radiológico y Nuclear, dirigirá determinadas tareas relacionadas con el terrorismo radiológico y nuclear. La Asociación Global, entre otras cuestiones, ayudará a implementar las "canastas de regalos", es decir, los mecanismos a través de los que muchos participantes de las cumbres se comprometieron a adoptar medidas específicas en materia de seguridad nuclear.

Sin embargo, nuevamente, ¿quiénes exactamente se reunirán para debatir sobre la seguridad nuclear ahora que concluyeron las cumbres? y ¿dónde se llevarán a cabo las reuniones?

El comunicado de la cumbre de 2016 anunció que el escenario principal de las futuras reuniones entre los participantes de las cumbres serán las Conferencias internacionales sobre seguridad nuclear del OIEA. A su vez, a pesar de que Fuchs sostuvo en las dos rondas que las reuniones sin jefes de Estado pueden no ser adecuadas para mantener el impulso de la seguridad nuclear, el OIEA y sus conferencias son de hecho los vehículos correctos, tanto para mantener los progresos de las cumbres como para hacer el seguimiento de los compromisos que los Estados ya han asumido.

La conferencia de 2016 reunirá a los organismos clave en materia de seguridad nuclear, e incluirá reuniones ministeriales con el fin de lograr una declaración de compromisos políticos. También comprenderá un segmento científico y tecnológico centrado en los aspectos técnicos, legales y regulatorios de la seguridad nuclear. Este enfoque dual es una forma inteligente de separar las discusiones políticas de alto nivel, con la participación de ministros y otros importantes funcionarios gubernamentales, de las evaluaciones y planes de trabajo detallados que los expertos técnicos y legales deben abordar debidamente.

Las cumbres fueron diseñadas para llamar la atención al nivel más alto sobre la seguridad nuclear. Sin embargo, el proceso llegó al final de su ciclo. Más cumbres solo cansarían. Ahora es el momento de implementar los compromisos de las cumbres, inclusive las canastas de regalos.

Ahora bien, la seguridad nuclear es un ámbito que padece de la proliferación de iniciativas y reuniones. Por consiguiente, la división del trabajo entre las instituciones según sus áreas de especialización, como se estableció en los planes de acción, es clave para asegurar que los compromisos se conviertan en progresos reales.

Los Estados participantes de las cumbres acordaron políticamente que el terrorismo nuclear es una preocupación urgente. No obstante, serán las instituciones las que controlarán si los Estados cumplen con sus compromisos. La implementación de las canastas de regalos en el día a día será mucho más importante que el lenguaje negociado de los comunicados de consenso.

 


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