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Seguir avanzando en materia de seguridad nuclear sin las cumbres: un punto de vista africano

By Hubert Foy: ES, April 11, 2016

Algunos, como el Gobierno ruso, sostienen que las Cumbres sobre Seguridad Nuclear han agotado su capacidad para movilizar a la comunidad internacional para que ­asegure los materiales nucleares. Este argumento es incorrecto y peligroso. El terrorismo nuclear y radiológico sigue representando una amenaza y seguirá haciéndolo durante el futuro previsible. A su vez, a pesar de que las cumbres han hecho grandes progresos para cumplir sus objetivos, todavía quedan muchos asuntos pendientes.

Por ejemplo, en África, mi continente de origen, las medidas de seguridad no son adecuadas. En varias naciones, inclusive en algunas en las que operan terroristas, el Gobierno es poco uniforme y la regulación es débil. Entretanto, África es un continente en el que más de 20 naciones anunciaron su interés en establecer programas de energía nuclear. Sudáfrica, el único país del continente con energía nuclear en la actualidad, planifica expandir sus capacidades. Así que, en uno u otro formato establecido, el proceso de las cumbres debería continuar más allá del año 2016.

Muchas cosas de las que enorgullecerse. El logro más importante del proceso de las cumbres ha sido la reducción a nivel mundial del número de sitios en los que se encuentran materiales que podrían utilizarse para hacer bombas nucleares. Se trata de una reducción crucial dado que, si todos los reactores utilizados con fines de investigación y producción de isótopos se alimentaran de uranio poco enriquecido en lugar de uranio altamente enriquecido (HEU, por sus siglas en inglés), y los países proveedores aceptaran que se les devolviera todo el combustible HEU nuevo y gastado, los terroristas que intentaran llevar a cabo un ataque con una bomba nuclear rudimentaria, de tipo cañón, se enfrentarían a obstáculos mucho mayores.

África ha contribuido de forma importante a la eliminación de HEU de uso civil y la concentración del combustible gastado. En 2010, Sudáfrica terminó la conversión de su reactor SAFARI-1, que produce molibdeno-99, el radioisótopo para uso medicinal más importante del mundo, ­a uranio poco enriquecido. Fue el primer reactor del mundo que culminó la conversión y comenzó a producir molibdeno-99 a gran escala. Además, en 2011 se sacaron de un centro de investigación sudafricano 6,3 kilogramos de combustible HUE gastado de origen estadounidense.

Otro logro importante del proceso de las cumbres ha sido el apoyo dado a nivel nacional, bilateral y multilateral, a iniciativas de educación y capacitación para desarrollar recursos humanos y generar capacidades. Por ejemplo, el Organismo Internacional de Energía Atómica informó que en 2012 había "llevado a cabo más de 80 eventos de capacitación que cubrieron todos los aspectos de la seguridad nuclear y que contaron con la participación de más de 2000 personas." En 2015, Estados Unidos permitió a más de 40 expertos nucleares de países en desarrollo, incluyendo Egipto, Marruecos, Nigeria y Sudáfrica, asistir a la reunión anual del Instituto de Gestión de Materiales Nucleares (Institute of Nuclear Materials Management), donde aprendieron sobre el fomento de una cultura de seguridad nuclear en sus propios países. Las capacitaciones ofrecidas por este tipo de programas sonfundamentales para lograr sistemas de seguridad nuclear eficaces y sostenibles.

Por último, durante el proceso de las cumbres, muchos Estados adhirieron a convenciones sobre terrorismo nuclear. Desde que comenzaron las cumbres, diez Estados africanos, entre muchas otras naciones, ratificaron la enmienda del año 2005 de la Convención sobre la protección física de los materiales nucleares. Varios países africanos también han adherido al Convenio internacional para la represión de los actos de terrorismo nuclear. Al adherir a estas convenciones, los Estados africanos demuestran un compromiso regional para fortalecer el régimen global de seguridad nuclear.

Queda mucho por hacer. A pesar de estos éxitos notables, las cumbres no han podido cumplir varios objetivos. Uno de ellos es eliminar progresivamente el uranio altamente enriquecido como combustible de reactores de investigación, cuando esto sea viable desde el punto de vista técnico y económico. En África, siete países alojan un total de ocho reactores de investigación en funcionamiento. Dos de estos ocho, uno en Ghana y otro en Nigeria, funcionan con uranio altamente enriquecido. En estos dos centros se está llevando a cabo la conversión. Una vez que esta haya concluido, África habrá eliminado el uranio altamente enriquecido en las aplicaciones nucleares de uso civil y el mundo estará a un paso más cerca de librarse del terrorismo nuclear.

Otro desafío que permanece, en particular en algunos países en desarrollo, es que a veces la amenaza del terrorismo nuclear se rodea de autocomplacencia. La mayoría de los países en desarrollo no dan prioridad al terrorismo nuclear en sus programas de seguridad nacional. Solo pueden dedicar a la seguridad nuclear recursos humanos y financieros limitados. De hecho, muchos líderes políticos africanos creen que no existe la probabilidad de que en sus territorios ocurra algún incidente de terrorismo nuclear. En el sistema global de seguridad nuclear, este tipo de naciones son eslabones débiles que pueden ser aprovechados por terroristas. El incidente de 2007, en el que intrusos ingresaron al centro de investigación nuclear Pelindaba, en Sudáfrica, es un ejemplo de la forma en que la autocompacencia progresiva puede menoscabar la seguridad, aun en Estados nucleares avanzados con décadas de experiencia. Para que el sistema de seguridad nuclear global se pueda considerar adecuado, será necesario reducir la autocomplacencia.

Por último, simplemente no se ha logrado acabar con la amenaza del terrorismo nuclear, que no es una invención de Hollywood, sino algo peligroso y real. Como se sostuvo en un informe de 2014 publicado por el Proyecto para el Manejo del Átomo, los terroristas tienen "el motivo, los medios y la oportunidad para cometer un crimen terrible". Mientras el mundo continúe albergando a terroristas embarcados en la destrucción a gran escala y los materiales necesarios para hacer armas nucleares, la amenaza del terrorismo nuclear seguirá existiendo.

No hay tiempo para parar. Al acercarse el proceso de las cumbres a su fin, ¿cómo pueden concluirse las tareas pendientes? El enfoque más convincente podría ser el de transferir el proceso de las cumbres a instituciones de seguridad como el Organismo Internacional de Energía Atómica e Interpol.Cada organismo podría encargarse de determinados temas de seguridad nuclear, dependiendo de sus capacidades y recurriendo a su personal y marco existente. Este tipo de enfoque permitiría implicar a todos los países miembros de la ONU, inclusive a aquellos que no participaron en las cumbres, en el fortalecimiento de la seguridad nuclear.

Otra forma de continuar el proceso sería mediante la creación o ampliación de determinadas iniciativas para la capacitación y normativa en materia de seguridad nuclear. Para la seguridad nuclear las personas son un elemento clave, de modo que es necesario desarrollar las habilidades, conocimientos y capacidades dondequiera que trabajen las personas implicadas en la seguridad nuclear. Una forma de procurar este objetivo, en la cumbre de 2016, sería acordar que la Academia WINS, una iniciativa de capacitación y certificación del Instituto Mundial para la Seguridad Nuclear, funcionara plenamente. En cualquier caso, cuando todas las naciones tengan acceso a programas de capacitación comunes y a las mejores prácticas, y compartan una cultura de la seguridad nuclear común, los países y organizaciones tendrán el personal y las herramientas para identificar y solucionar las vulnerabilidades en sus arquitecturas de seguridad nuclear.

Finalmente, el proceso de las cumbres podría continuar en cierto sentido, si los países de la cumbre de 2016 acordaran formas de fomentar el intercambio exhaustivo de información, tanto a nivel regional como internacional. De esta forma, los líderes políticos del mundo en desarrollo adquirirían conciencia de los verdaderos peligros relacionados con el terrorismo y los materiales nucleares, y sería más probable que promovieran fuertes medidas en materia de seguridad nuclear en sus países.

Una segunda ola de víctimas mortales. Por fortuna nunca ha ocurrido un incidente de terrorismo nuclear. Sin embargo, es fundamental asegurar los materiales nucleares vulnerables, entre otras razones porque, en una economía globalizada, un ataque en cualquier ciudad, en las palabras del ex Secretario General de la ONU, Kofi Annan, "empujaría a decenas de millones de personas a la pobreza extrema", creando una "segunda ola de víctimas mortales en todo el mundo en desarrollo". Dada la grave amenaza que supone el terrorismo nuclear, continuar el proceso de las cumbres en formatos establecidos adecuados es una inversión que se amortizaría una y otra vez.

 


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