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By Joelien Pretorius: ES, February 1, 2017
A pesar de lo sugerido por mi colega de mesa redonda Polina Sinovets, un tratado para prohibir las armas nucleares no desgastará al Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares (TNP). Por el contrario, a corto plazo el tratado de prohibición ayudaría al TNP a sobrevivir. A largo plazo, ayudaría al TNP a cumplir su promesa de desarme nuclear. Lejos de perjudicar al TNP, el tratado de prohibición se asentaría sobre el primer tratado. El TNP es en sí mismo inequívoco sobre la necesidad del desarme nuclear general, e inequívoco acerca de que es necesario negociar un nuevo tratado a fin de lograr este objetivo.
Es cierto que los Estados que ratificaron el TNP previeron que podrían conservar las armas nucleares durante un plazo indefinido. Sin embargo, habiendo transcurrido ya casi 50 años, es hora de que se haga honor a los compromisos de desarme establecidos en el artículo VI del tratado. En 1995, cuando el TNP se prorrogó indefinidamente, se volvió a confirmar la obligación de todos los miembros del tratado de negociar un nuevo tratado sobre el desarme general y completo. Sin duda alguna, mi propio país, Sudáfrica, no habría presionado para la prórroga si los Estados poseedores de armas nucleares no hubieran ofrecido garantías de que negociarían «con determinación» para lograr la desnuclearización global. Probablemente podría decirse algo similar de todos los 122 Estados que en octubre votaron en las Naciones Unidas junto con Sudáfrica a favor de la negociación de un tratado de prohibición.
Si el TNP no se hubiera prorrogado en 1995, probablemente se hubieran iniciado las negociaciones para un tratado alternativo que estableciera una fecha para la implementación del desarme general y completo. Tomando prestadas las palabras de Sinovets, esto habría sido necesario para evitar una «verdadera pesadilla hobbesiana en la que todos peleen contra todos». Por consiguiente, los años transcurridos desde 1995 han sido un período de gracia para los Estados con armas nucleares y para quienes piensan que la disuasión ampliada funciona. Yo no pienso que funcione. Se limita a retrasar la resolución de los conflictos. Además, ¿qué sucede si la nación bajo cuyo paraguas nuclear buscas protección se vuelve de repente la mejor amiga de tu enemigo? Para la Ucrania de Sinovets, en la que se están afianzando las aspiraciones de integrar la OTAN, esta parecería ser una pregunta pertinente.
La verdadera amenaza para el TNP no es el tratado de prohibición propuesto, sino que las naciones con armas nucleares, y las naciones con las que estas se vinculan a través de acuerdos de seguridad colectiva, no cumplan con sus obligaciones de desarme de buena fe. Con el tiempo, esto podría dar lugar a que los Estados denunciaran el tratado. Durante estos tiempos de incertidumbre en la política mundial, este desgaste podría acelerarse, a menos que todas las partes puedan avanzar en la implementación de las disposiciones del TNP en materia de desarme.
Una forma de lograrlo es a través de un tratado de prohibición. A pesar de que es probable que el tratado de prohibición se negocie por fuera de las conferencias de examen del TNP, los negociadores pueden -y sospecho que lo harán- referirse explícitamente al TNP en el texto del tratado de prohibición. Esto garantizará un fuerte vínculo jurídico entre los dos tratados, que se sumará al vínculo normativo ya existente. Por consiguiente, todas las inquietudes acerca de que no se aplicarán las normas del TNP si el tratado de prohibición tiene éxito son injustificadas.
¿Y qué sucederá si fracasa el tratado de prohibición? En primer lugar, es necesario definir qué se entiende por fracaso. Como escribí en mi artículo de la primera ronda, considero que el tratado de prohibición es una parte provisional de la labor política que ayudará, a largo plazo, a lograr un mundo sin armas nucleares. En ese contexto, si la amplia coalición de Estados y organizaciones de la sociedad civil que apoyan al tratado de prohibición abandonaran el proceso, el tratado habría fracasado. Ahora bien, es improbable que esto ocurra. Aun cuando así fuera, y si los Estados deciden denunciar el TNP tras el fracaso del tratado de prohibición, lo harán porque los Estados poseedores de armas nucleares siguen negándose al desarme. Así pues, tanto si tiene éxito como si fracasa, el tratado de prohibición no desgastará al TNP. Los Estados con armas nucleares están haciendo una labor excelente para desgastarlo por sí mismos.
Topics: Nuclear Weapons
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