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Sueños utópicos, usos prácticos

By Ibrahim Said Ibrahim (ES), June 6, 2013

En su primer ensayo de Mesa Redonda, Rajeswari Pillai Rajagopalan señaló una serie de obstáculos que podrían impedir la verificación por parte de la sociedad de los tratados del control de armas en países en vías de desarrollo: el recelo de los regímenes actuales de verificación, limitaciones políticas y el empeño de no participar de los ciudadanos ordinarios. El último de estos se relaciona, en particular, con la creencia que existe en países en vías de desarrollo, que la justicia e igualdad escasean en el régimen global de no proliferación.

En mi primer ensayo, argumenté que para que la verificación por parte de la sociedad tuviera éxito, dependería del nacimiento de un gremio, suficientemente grande, de profesionales capacitados. Reconozco que en mi propia región, el Medio Oriente, podría ser muy difícil convencer a las personas de educación media para que participaran. En el Medio Oriente, muchas personas van albergando frustraciones hacia el régimen de no proliferación, y en particular, hacia el monopolio nuclear de Israel. Es difícil demostrar transparencia y obtener la confianza de personas que creen que el régimen de no proliferación, en su totalidad, es injusto.

Pero tales condiciones no prevalecen en todas las regiones del mundo. En África y América Latina, donde los procedimientos de verificación ya existen bajo el contexto de zonas libres de armamento nuclear, se podría esperar que las personas reciban con gran entusiasmo la verificación por parte de la sociedad. Además, las técnicas de verificación se utilizarían de maneras distintas en diferentes sociedades. Por ejemplo, en países desarrollados, la verificación por parte de la sociedad sería mucho más útil si se tratase de temas como el crimen, los derechos humanos y los acuerdos medioambientales. En algunos estados africanos y asiáticos, se concentrarían más en las armas ligeras y minas terrestres; no importando tanto el armamento de destrucción masiva.

Pero retomando el tema en Medio Oriente, se necesitaría de un esfuerzo extraordinario para convencer a muchas personas que apoyaran los regimenes de verificación y que consideran fundamentalmente injustos. Pero, ¿sería igual para las personas más preparadas que para las menos preparadas? ¿Estos esfuerzos para la promoción de la verificación por la sociedad podrían ser contraproducentes, y en realidad, provocar que algunas personas escondieran información relevante para los tratados de control de armas? Estas preguntas son difíciles de responder, pero lo que queda claro es que la verificación por parte de la sociedad realmente no prosperará en el Medio Oriente hasta que la región goce de un desarrollo sustentable, buen gobierno, justicia social y acuerdos políticos que garanticen la seguridad a largo plazo.

En su segundo ensayo, Jamal Khaer Ibrahim analizó las vías diplomáticas para la verificación por parte de la sociedad y argumentó que la vía 3 de la diplomacia –interacciones de cara a cara entre personas y grupos de la sociedad civil que trabajan a nivel comunitario — es más adecuada como método diplomático para la promoción de la verificación por parte de la ciudadanía. Estoy de acuerdo en que los métodos indirectos serían la mejor manera de facilitar el diálogo sobre estos temas. Efectivamente, la vía 3 de la diplomacia y la vía 2, que es un poco más formal, han sido los métodos de uso diplomático en los últimos años durante los diálogos para el establecimiento de la zona libre de armamento de destrucción masiva en el Medio Oriente. Sin embargo, lo difícil es hacer que los resultados de la diplomacia menos formal se vuelvan logros concretos a nivel nacional (vía 1). Lamentablemente, la vía 3 y vía 2, al final, siempre conducen a la vía 1. Aún así, Ibrahim tiene razón de que la diplomacia informal podría contribuir al asentamiento de la verificación por parte de la sociedad en un clima sano de diálogo y debate.

Desde mi punto de vista, Ibrahim presenta un argumento sólido acerca de los intereses empresariales que se prestarían para aceptar la verificación por parte de la sociedad. Estoy de acuerdo con que las empresas de varias industrias cuyos productos podrían ser utilizados indebidamente — energía nuclear, químicos, fertilizantes, biotecnología — deberían incorporar la verificación por parte de la sociedad a las estrategias corporativas para la responsabilidad. La industria química ya está estrechamente involucrada en la Convención de Armas Químicas, y la industria desempeñó un papel importante en la elaboración de los procedimientos de verificación de la convención. Creo que el siguiente paso propicio sería comprometerse con las iniciativas de la verificación por parte de la sociedad.

Tal vez sea cierto que la verificación por parte de la sociedad podrá llegar a su máximo potencial sólo bajo condiciones utópicas, en un mundo donde los ciudadanos internacionales lleven a cabo con entusiasmo sus obligaciones compartidas, bajo la protección benevolente de la infraestructura política. Pero este mundo no existirá tan pronto. Sin embargo, esto no evitará que la verificación por parte de la sociedad haga mientras tanto grandes contribuciones a los esfuerzos de control de armas.


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