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Contribuciones a la paz y al desarrollo, no un control excesivo

By Kayhan Barzegar (ES), August 19, 2013

Para responder la pregunta que plantea esta Mesa Redonda, es decir: "¿cómo podrían mejorarse las políticas del Grupo de Suministradores Nucleares (GSN) para tomar en consideración de mejor manera las necesidades y perspectivas de los países en desarrollo?", es necesario entender hasta qué punto el GSN ha sido capaz de encontrar un equilibrio entre las obligaciones que impone a las naciones en desarrollo y los beneficios que les ofrece a cambio. En otras palabras, ¿las políticas del GSN promueven los objetivos establecidos en sus directrices, básicamente, que el comercio nuclear no debería contribuir a la proliferación, pero que el comercio y la cooperación internacionales en el ámbito nuclear no deberían obstaculizarse excesivamente? El hecho de que no debe obstaculizarse el comercio nuclear autorizado por el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) no es un asunto trivial; este comercio constituye un elemento clave del régimen de no proliferación, y no deben sacrificarse los principios subyacentes del régimen debido a las políticas de unos pocos países.

Durante décadas el GSN ha adoptado varias medidas de no proliferación que han estado en concordancia con los objetivos del tratado. Sin embargo, al mismo tiempo el grupo ha establecido restricciones a los países en desarrollo que solo buscan crear programas de energía nuclear con fines pacíficos, en aras de su desarrollo sostenible y crecimiento económico. En mi opinión estas restricciones guardan relación con los intereses nacionales de los Estados Unidos y Francia, dos países que disfrutan de sólidas posiciones comerciales en el mercado nuclear y que pretenden conservarlas.

Restricciones excesivas, discriminación. La demanda de electricidad en los países en desarrollo crece rápidamente y lleva a que aumente el interés en la energía nuclear. Lamentablemente las restricciones excesivas en relación con la no proliferación y la seguridad nuclear global — aunque estas preocupaciones son legítimas — están impidiendo el progreso nuclear en los países en desarrollo. Algunos sostienen que la expansión global de la energía nuclear es riesgosa porque lleva a la difusión de tecnologías para producir combustible nuclear, algo que podría dar a más estados la posibilidad de desarrollar armas nucleares. Este argumento ignora las propias bases en las que se funda el tratado. Después de todo, este tratado está concebido para asegurar la no proliferación y, a su vez, permitir el acceso generalizado a tecnología para programas civiles de energía nuclear. El argumento tiende también a negar cualquier rol que los países en desarrollo puedan tener en el mercado de energía nuclear.

Si las directrices del GSN se hubieran seguido atentamente en el pasado, no habría mucho lugar para medidas discriminatorias, como la imposición de restricciones excesivas a un signatario del TNP como Irán. El GSN tampoco habría hecho una excepción en 2008 autorizando a la India, que no es signataria del tratado, a participar en el comercio nuclear. De forma algo similar, miembros importantes del GSN, inclusive los Estados Unidos, han mantenido silencio durante mucho tiempo sobre el programa nuclear de Israel.

En 1998 los miembros del Movimiento de los Países no Alineados instaron a todos los signatarios del tratado a "prohibir la transferencia de todos los equipos, informaciones, materiales e instalaciones, recursos o dispositivos relacionados con la energía nuclear, así como la extensión de los conocimientos técnicos o cualquier tipo de asistencia en el campo nuclear, científico o tecnológico" a Israel, dado que no era parte del tratado y no había dispuesto sus actividades nucleares bajo todas las salvaguardias del OIEA. Una década después el Movimiento de los Países no Alineados podría haber instado a hacer lo mismo respecto a la India, pero a la India se le concedió una excepción. Esto significa discriminación nuclear. EL GSN impone una doble moral, concentrándose demasiado en las cuestiones de proliferación en algunos países en desarrollo, mientas que a la vez aplica una doble moral cuando se trata de un país como India. Esto quita credibilidad al grupo.

Equilibrio y cooperación. En la actualidad el desafío principal del GSN consiste en decidir cómo lograr un equilibrio entre los aspectos económicos y relacionados con la proliferación de las transferencias nucleares, sin infringir a la vez sus propias directivas ni contravenir sus propios objetivos. Debe señalarse que los países en desarrollo, al unirse al régimen del tratado, tuvieron especialmente en cuenta la posibilidad de beneficiarse de las transferencias nucleares pacíficas en aras de su desarrollo sostenible, así como el desarme integral que aumentaría su seguridad. Por consiguiente, el GSN debería contrarrestar su enfoque respecto a la proliferación y concentrarse más en los otros dos pilares del TNP, el desarme total y los usos pacíficos de la energía nuclear. El GSN podría promover el desarme brindando asistencia técnica a los estados que cuentan con armas nucleares y fomentando la cooperación entre ellos. Esta iniciativa contribuiría a erradicar la desconfianza en las naciones en desarrollo. No obstante, actualmente existen sospechas significativas de que el GSN ha favorecido los intereses de algunos países occidentales para preservar la preponderancia de las potestades legales, técnicas y políticas de esos países dentro del régimen del TNP. Empeñarse en políticas que tienen este efecto solo puede llevar a una frustración cada vez mayor en los países en desarrollo, lo que a la postre podría provocar el colapso del TNP.

El GSN debería esforzarse más en promover la cooperación regional en el ámbito de la energía nuclear. Los países en desarrollo, muchos de los cuales han llegado a la conclusión de que el desarrollo sostenible depende de la diversificación de las fuentes de energía, tienen cada vez más interés en la energía nuclear. El Medio Oriente ofrece buenos ejemplos al respecto. En esta región, donde las diferencias políticas e ideológicas entre los estados impiden la cooperación, el GSN podría hacer una valiosa contribución facilitando la cooperación en materia de energía nuclear, en lugar de concentrarse tan intensamente en las cuestiones relacionadas con la proliferación. De esta forma el Grupo de Suministradores Nucleares podría contribuir a propiciar la paz y la estabilidad en la región.


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