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Afrontar realidades inevitables

By Raymund Jose G. Quilop (ES), August 19, 2013

Seamos realistas: El Grupo de Suministradores Nucleares (GSN) se percibe en general como un mecanismo de exclusión, y quizás esto sea realmente así. En esta Mesa Redonda la ampliación del número de miembros del grupo ha sido un tema importante de debate. No obstante, el GSN se seguirá considerando excluyente, aun cuando amplíe el número de sus miembros para incluir a todos los países que cuentan tanto con materiales nucleares como con conocimientos técnicos en el terreno nuclear, por la simple razón de que solamente un limitado número de países cumplen ambos requisitos.

Un mayor número de miembros, lejos de cambiar las percepciones negativas sobre el grupo, podría solamente indicar que el GSN ha fracasado en su misión de desalentar la proliferación nuclear. Es decir, si cualquier país que logra acceder al material y la tecnología nucleares, sin importar los medios utilizados, puede, en definitiva, convertirse en miembro del GSN, el grupo habrá hecho poco para controlar la difusión de materiales y tecnologías delicados. La posesión de material y conocimientos técnicos nucleares no puede ser el único criterio para admitir a nuevos miembros. Esto explica en parte por qué sostuve en mi segundo ensayo que debería establecerse un conjunto de requisitos más claros para la admisión de nuevos miembros.

Mi colega Kayhan Barzegar sugiere que sería viable el ingreso de Irán al GSN, para que pueda "compartir lecciones valiosas a partir de su experiencia nuclear". Sin embargo, si bien un país como Irán puede acceder al material y la tecnología nucleares, no se encuentra en una posición política que le permita compartir material y tecnología con otras naciones a través del comercio nuclear, lo que es otra forma de decir que no tendrá cabida en un grupo de suministradores. Los recién llegados al terreno nuclear, incluso Irán, podrían considerar formar un Grupo de Usuarios Nucleares. Sin embargo, un grupo así se encontraría con que no es mucho lo que tiene para hacer.

Tampoco comparto la opinión de mi colega Rajiv Nayan cuando escribe que el enfoque principal del grupo debería centrarse en el comercio nuclear, y no en la no proliferación. La no proliferación ha sido siempre la principal razón de la existencia del grupo, aun cuando muchos piensen que el GSN ha fracasado considerablemente en sus esfuerzos en pos de la misma, y sostengo que la no proliferación debe seguir teniendo un rol central.

Un precio demasiado alto. Esta Mesa Redonda hasta el momento no ha tratado la cuestión atinente al empeño que, para empezar, los países en desarrollo deberían poner para promover la energía nuclear. Por supuesto las naciones tienen derecho a desarrollar sectores de energía nuclear, y mis colegas sostienen correctamente que muchos países en desarrollo deben aumentar sus suministros de energía si quieren que sus economías sigan creciendo. Sin embargo, la energía nuclear con frecuencia es una mala elección para los países en el mundo en desarrollo.

No es barato construir plantas de energía nuclear ni tampoco desarrollar los conocimientos técnicos necesarios para establecer y operar un sector nuclear. Si se incluyen los costos sociales, como los residuos nucleares, la energía nuclear puede llegar a ser más cara que otras formas de energía alternativa disponibles. Algunas naciones pueden optar por promover la energía nuclear porque quieren unirse al club de países que dominan la tecnología nuclear, pero, si este es el objetivo al que apuntan, resulta bastante caro.

El GSN debe afrontar una realidad problemática: Si las naciones que tienen ambiciones nucleares no pueden acceder a material o tecnología nucleares a través del grupo, seguramente en la actualidad podrán obtener lo que necesitan en algún otro lugar. Este es el verdadero desafío que afronta el Grupo de Suministradores Nucleares.


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