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By Tatiana Anichkina: ES, October 16, 2014
Liviu Horovitz señaló que los aliados de segundo nivel de EE.UU. en Europa no están muy preocupados sobre la capacidad de armas de "las nuevas potencias nucleares". Lo que en realidad temen es el conflicto entre las potencias mayores, en particular Rusia y Estados Unidos. Horovitz reconoce que la defensa de misiles puede crear tensiones entre las grandes potencias, pero concluye, en parte porque considera que "la defensa contra misiles sería sólo un síntoma de los desacuerdos más importantes entre [Rusia y Estados Unidos]" y que la defensa contra misiles de EE.UU, "también beneficia los intereses de los aliados de EE.UU.". Pero desde la perspectiva rusa, la defensa contra misiles de ningún modo es un síntoma de los problemas con la relación rusa-estadounidense. Es una causa fundamental de los problemas en la relación.
En diciembre de 2001, cuando Estados Unidos anunció que se retiraría al siguiente año del Tratado sobre Misiles Antibalísticos, la respuesta rusa fue relativamente callada. Vladimir Putin calificó el retiro como una decisión "equivocada", pero no surgió una crisis, hasta 2006, cuando el gobierno de George W. Bush anunció sus planes de colocar elementos del sistema de defensa contra misiles en Europa del Este, cerca de la frontera con Rusia. Esta vez, la respuesta de Rusia fue bastante negativa. En efecto, Moscú amenazó con desplegar misiles nucleares de corto alcance en Kaliningrado.
Washington respondió a las preocupaciones de Moscú con algunas medidas transparentes. Sin embargo, al final Estados Unidos rechazó la propuesta rusa, hecha por primera vez en 2007, con la cual Washington hubiera obtenido acceso a la inteligencia proporcionada por los radares rusos en Gabala, Azerbaiyán y Armavir, a cambio de que Rusia desistiera de sus planes de colocar estaciones de radares e interceptores de misiles en Europa del Este. Asimismo, Estados Unidos rechazó la idea de Moscú de establecer centros de intercambio de datos conjuntos y evaluaciones de amenaza. Las relaciones se dañaron tanto que el diálogo bilateral, incluyendo las negociaciones de New START, casi llegaron a un punto muerto.
La situación mejoró por un poco, después de que Barack Obama instituyó su política "reset", un elemento clave en el cual se abandonarían los planes de las instalaciones de defensa contra misiles en Polonia y la República Checa. Sin embargo, las relaciones empezaron a verse perjudicadas de nuevo en 2010, cuando Estados Unidos rechazó el acercamiento "sectorial" de Rusia de construir un sistema balístico de defensa contra misiles en Europa. Conforme a su plan, Rusia habría tomado la responsabilidad por defenderse de misiles lanzados a Europa desde el sudeste. Para noviembre de 2011, la situación se había deteriorado a tal punto que el entonces Presidente Dmitri Medvédev anunció que Moscú tomaría contramedidas para permitir que Rusia destruyera el sistema balístico estadounidense de defensa contra misiles en Europa del Este.
Todo esto demuestra que, para Rusia, la defensa contra misiles no es un tema secundario. Se encuentra al centro de las relaciones con Estados Unidos. Moscú considera que la defensa contra misiles es un elemento potencial que cambiaría la dirección del juego para la estabilidad estratégica y la seguridad internacional. Y la respuesta de Occidente, en cuanto a la defensa contra misiles, es una prueba decisiva para saber si Rusia será tomado en serio como socio en el mantenimiento de la seguridad europea.
Tres son multitud. Viéndolo desde el punto de perspectiva de Wu Riqiang en sus dos ensayos de la mesa redonda, la defensa contra misiles tampoco es un tema secundario para China.
La potencia nuclear en tercer lugar en el mundo, a diferencia de Rusia y Estados Unidos, no se verá obligada por el régimen bilateral de control de armas nucleares. China sigue acumulando sus fuerzas nucleares y, recientemente, reveló la existencia del Dongfeng-41, un nuevo misil intercontinental balístico, posiblemente sería capaz de transportar vehículos de reentradas múltiples dirigidas independientemente hasta Estados Unidos. "Mientras [Estados Unidos] continúe robusteciendo su sistema de defensa contra misiles", un analista militar de China recientemente dijo, "el patrón seguirá siendo el de desarrollar un arma nuclear de tercera generación capaz de transportar múltiples ojivas".
Aunque el propósito oficial del sistema de EE.UU. para la defensa de misiles balísticos en Asia es de protegerse en contra de las armas nucleares de Corea del Norte, en realidad, el sistema parece que fue creado para prevenir que China alcance la paridad estratégica con Estados Unidos. Esto significa que involucrar a China más estrechamente en el proceso de desarme, y cambiar el marco de control de armas, de un marco bilateral a multilateral, será una perspectiva desoladora, aún si se supera la crisis en las relaciones de EE.UU y Rusia. Wu tiene razón cuando escribe que "la negación de Washington de aceptar los límites de la defensa contra misiles hace que el gobierno no pueda alcanzarlo [la meta del desarme nuclear] ".
Topics: Nuclear Weapons
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