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By Héctor Guerra: ES, September 16, 2014
Por décadas, los seres humanos se han visto atascados en las profundidades de un infierno de armas nucleares. Pero no necesitan aceptar esto como su morada eterna. Tal como el poeta Dante atravesó el infierno en su viaje hacia el cielo, los seres humanos deben de transitar hacia una nueva etapa en su historia, dejando atrás las armas de destrucción masiva que violan los principios de la Carta de la ONU y el derecho humanitario internacional.
En la segunda ronda, Bharat Karnad destacó que "para construir un caso para el desarme" sin considerar, entre otras cosas, que "la necesidad de las naciones de ahuyentar las guerras" a través de "medios militares nucleares" es "buscar soluciones simplistas a un problema complejamente infernal". Esto invita a considerar que la dependencia del hombre sobre las armas nucleares es mórbida. El conformismo arriesgado, como lo expresa Karnad, expone a los seres humanos a la constante y presente posibilidad de la aniquilación. El trabajo hacia un desarme general representa una lucha en contra del determinismo. Nuevamente, Dante atravesó el infierno. No se quedó ahí.
Mismo fin, nuevos medios. El movimiento en pro del desarme aún no ha logrado su objetivo final. Sin embargo, es importante recordar qué es lo que ya se ha logrado para la reducción de la expansión de arsenales nucleares y para la promoción de su erradicación. Las pruebas nucleares han sido todo, menos erradicadas; sin embargo, la proliferación ha sido limitada, y zonas libres de armamento nuclear cubren vastas zonas del mundo. Si bien son éxitos, no son un fin en sí. Son un medio para llegar a un fin: regresar al mundo a la condición de libertad de las armas nucleares, la cual ostentó por toda su historia hasta las últimas siete décadas.
Para promover el desarme en lo que avanza el siglo XXI, se requieren nuevos medios. El sistema internacional ha cambiado desde 1945, cuando la primera prueba nuclear se realizó; desde 1970, cuando el Tratado de No Proliferación entró en vigor; y desde 1991, cuando terminó la Guerra Fría. Existen nuevos retos hoy en día, y nuevas posibilidades también. La iniciativa humanitaria hacia el desarme nuclear es una de dichas posibilidades.
La iniciativa no es una construcción dogmática que sus adherentes buscan imponer sobre otros. Más bien es un proceso colectivo que toma sus ideas de un amplio rango de voces del gobierno, organizaciones multilaterales, sociedad civil, academia y demás. Está madurando rápidamente pero sigue en fase de construcción. Los participantes de la iniciativa están de acuerdo sobre ciertos temas y debaten algunos otros intensamente, pero este espíritu de libre intercambio es una de las fuerzas de la iniciativa y debe mantenerse, ya que si la iniciativa ha de rendir frutos, el movimiento debe llegar no sólo a los individuos que piensan igual, sino también a todos los escépticos y aquellos desinteresados en el desarme.
El trabajo que falta por hacer, aunque será intenso, es prometedor. Los seres humanos somos una especie con fallas pero nos mantenemos llenos de potencial, incluido el potencial para promover el desarrollo humano y una verdadera seguridad a través de la eliminación de armas apocalípticas. Por otro lado, incluso el desarme es un medio, no un fin. Los objetivos finales, tales como se expresan en la Carta de la ONU, incluyen salvaguardar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra y reafirmar la fe en los derechos fundamentales del ser humano.
Topics: Nuclear Weapons
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